jueves, 15 de marzo de 2018

Durante los lejanos años de mi juventud, nunca imaginé que algún día llegaría a albergar dentro de mi ser un sentimiento tan profundo como el que ustedes hacer nacer a diario. Ahora que los veo crecer y convertirse en muchachos y muchachas de bien, quiero decirles que el mundo es un lugar maravilloso que los espera; que la felicidad, hijos míos, es una manera de afrontar la vida y no una meta, un camino en el que con cariño voy a acompañarlos.







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